Protección contra incendios: ¿Cumplir con la norma es estar protegido?

Imagina que compras un auto de segunda mano de finales de los años 90. Sólo cuenta con alarma sonora y cinturones de seguridad; no tiene ABS ni bolsas de aire de seguridad. ¿Qué normativas te van a exigir para poder utilizarlo? Tendrás que ponerle SOAT y deberá pasar por revisión técnica. Sólo cumplir con estos requerimientos no significa que estés protegido, ¿verdad? Lo mismo sucede con los sistemas de protección contra incendios: el hecho de cumplir la normativa no significa que tu predio esté seguro. ¿Estamos preparados para evitar pérdidas humanas, económicas y evitar también la paralización de nuestras operaciones?
El Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE), que entró en vigencia en el 2006, contiene buenas prácticas en temas de evacuación y señalización, sistemas de detección y alarma, sistemas de agua contra incendios, etc. Estos requerimientos están divididos por tipo de uso del predio, desde una edificación de vivienda, hospedajes, industrias y hasta almacenamiento. El RNE se encuentra alineado con la normativa estadounidense de la National Fire Protection Association (NFPA), que es un estándar internacional sólido y que presenta mejora continua. Sin embargo, el RNE no es retroactivo, lo que significa que cualquier edificación previa al 2006 no está obligada a cumplir este reglamento. El ente regulador no puede exigir mayores protecciones al predio normativamente, entonces una protección pobre puede cumplir sin problemas la inspección legal y obtener permiso de funcionamiento, cuando en realidad no se encuentra correctamente protegido.
Las exigencias de los seguros no están regidas por el RNE sino que, en su mayoría, utilizan los lineamientos de la NFPA. En este caso, si el predio es anterior o posterior a la entrada en vigencia del RNE es irrelevante y muchas veces este divorcio genera incomodidades en las organizaciones. Esto se refleja en cláusulas de la póliza que exigen ir adecuándose a protecciones físicas en un periodo determinado de tiempo para mantener los riesgos cubiertos. Entonces, mantener buenos sistemas de protección alineados con la NFPA brinda una adecuada protección y además nos presenta mayores argumentos de negociación con las compañías aseguradoras, pudiendo ayudar a mejorar las primas.
Ahora imagina que compras un auto cero kilómetros con sistema de asistencia de frenado, bolsas de aire, sensores de choque, y muchos otros elementos. Estás protegido, ¿cierto? Pero ¿lo utilizarías por años sin efectuar mantenimientos según la frecuencia recomendada del fabricante? El mantenimiento es el complemento de una adecuada instalación de sistemas de protección contra incendios, cuya inversión alcanza los cientos de miles de dólares. En la mayoría de casos no se realiza las inspecciones y mantenimientos sugeridos, ya sea por desconocimiento o por limitaciones de presupuesto, lo que podría descartar una gran inversión monetaria pues, en caso de un siniestro de incendio, los equipos podrían funcionar mal o estar inoperativos. Existen lineamientos para inspecciones y mantenimiento rutinarios que se pueden encargar fácilmente al personal de la organización, y otros semestrales o anuales más especializados, pero cuya inversión es mínima comparada con el costo del sistema y la función de protección a la vida que cumplen.
Es importante entender adecuadamente la diferencia entre cumplir con la norma, las exigencias que puede tener la compañía aseguradora, y los verdaderos requerimientos de seguridad física que requiere tu organización. Contar con una buena asesoría especializada permitirá seleccionar el sistema adecuado e implementar el mantenimiento correspondiente para proteger los activos, las operaciones y a los trabajadores de la organización. De esta manera, se podrá administrar los procesos de mejora y de inversión, incluyéndolos en los planes presupuestarios oportunamente para garantizar la protección tus valores.