El coronavirus COVID-19 pasó, en unas pocas semanas, de una emergencia local en China a una epidemia que preocupa al mundo. En este momento hay incertidumbre y nerviosismo entre los inversores, lo que ya ha causado la depreciación de las monedas locales frente al dólar, un aumento en el precio del oro y una disminución en el precio del petróleo. A nivel mundial, los intercambios han sufrido pérdidas significativas. Ya estamos siguiendo un impacto negativo en la economía global.