Cerca de dos tercios de los empleados manifiestan que es importante que la cultura de su compañía fomente el trabajo flexible. Sin embargo, las políticas de flexibilidad tienden a limitarse a cuándo y dónde las personas pueden trabajar. Un esquema de flexibilidad en el lugar de trabajo que mejore la propuesta de valor al empleado va mucho más allá de eso, ya que considera cuándo se hace el trabajo y dónde, qué trabajo se hace, cómo se realiza y quién lo realiza.

 

Si tomamos en cuenta las cinco dimensiones del trabajo flexible (lo que llamamos las 5 D), es posible mejorar la salud y el bienestar de los empleados, ahorrar dinero en los espacios de trabajo y ayudar a los empleados a lograr un mejor equilibrio entre el trabajo y su vida personal. Una estrategia de 5 D también permitirá atraer, retener y promover el talento diverso y contratar una fuerza laboral multigeneracional.




Tres formas de comenzar a implementar el trabajo flexible

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