Esto es, responder a los efectos de la pandemia en temas de Salud y Bienestar de los colaboradores, así como en asuntos financieros para asegurar un flujo que permita la continuidad del negocio.
Una vez tomadas las medidas para reemprender el camino a la normalidad, se llega a la etapa de adaptación y creación de nuevas estrategias de administración del Talento y el Recurso Humano para apuntalar y acelerar la capacidad para resurgir.
Llega el tiempo de innovar, diferenciar, imaginar nuevas rutas para llegar al consumidor, definir formas de trabajo sostenibles, emprender soluciones digitales…
Tanto de manera colectiva (a nivel de la organización) como individual, el camino que conduce de la negación de lo que estamos viviendo al compromiso, pasando por la resistencia al cambio y la exploración de nuevas rutas para prosperar, se vuelve más o menos largo y tortuoso dependiendo de la empatía y la resiliencia, esa capacidad para sobreponerse a estímulos adversos.
De hecho, como refiere en la sesión web Gabriel Regalado, CEO de Mercer Perú, “las compañías que están enfrentando de mejor manera la situación son aquellas que tienen al frente líderes con una gran capacidad de resiliencia y en las que la etapa de resistencia fue prácticamente nula. Han aceptado el evento y han pasado rápidamente a la etapa de exploración”.
Esos líderes entienden y se muestran empáticos con las preocupaciones de sus colaboradores, tienen visión y propósito, son flexibles y se adaptan con facilidad, muestran empatía y son sensibles a la comunicación. Se distinguen por su capacidad para comprender que hoy es necesario “aprender a desaprender”; y no tienen miedo de romper algunos paradigmas que han quedado obsoletos ante una situación inédita.
“La resiliencia –subraya Regalado– será fundamental en el regreso al trabajo, simplemente porque acelera y afina nuestra capacidad de respuesta frente a la realidad. Con respecto al empleado, será crucial el entendimiento de que, si bien estamos en la misma tormenta, no todos vamos en el mismo barco. Y es por eso que la empatía es básica en el fortalecimiento de un liderazgo con resiliencia”.
Como advierte Daniel Nadborny, CEO de Mercer Chile, “nos dirigimos hacia un mundo menos global que depara nuevos y complejos desafíos. De cara a una recesión más prolongada, complicada y dispareja, ¿cómo reaccionarán las empresas globales?, ¿cambiarán su modelo de negocios?, ¿modificarán sus cadenas de suministro?”. ¿Qué es lo que nos va a permitir superar y sobrevivir estos nuevos desafíos?
En ese contexto incierto, la transformación del negocio debe analizarse desde una perspectiva holística y sistemática, ya que su impacto en el trabajo es multidimensional.
En ciertos rubros el replanteamiento será total, porque algunas organizaciones tendrán que reimaginar cómo trabajar el compromiso (engagement) con trabajadores remotos, con tiempos flexibles y con profesionales contratados por proyecto. También será necesario revisitar los esquemas de compensación y beneficios, en vista de los posibles cambios en el modelo de negocios.
Y habrá que considerar también que incluso las preferencias de los colaboradores están en transformación. Solo pensemos que, de acuerdo con una encuesta de Mercer, 1 de cada 3 empleados preferiría trabajar en una organización que se muestre interesada por todos sus stakeholders, no solo por los accionistas y los inversores.
Estamos pues ante una redefinición de los conceptos de propósito, de compromiso, y también de éxito. Construir ese nuevo mundo será tremendamente desafiante.
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